
Entrevista a Jesús Torres «El gato raro»
Realizada el 14 de marzo de 2025 por Ander Urteaga.
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José de Jesús Torres Hernández, conocido como El Gato Raro, es un escritor, docente, fotógrafo y promotor cultural radicado en Monterrey, ciudad a la que dedica sus textos.
Ander Urteaga: Buenas tardes. Creo que una buena forma de empezar sería preguntando cómo inició en la escritura. Estudios y fechas importantes, a grandes rasgos. Más que nada sus primeros pasos.
Jesús Torres: Claro. Yo estudié periodismo en la Universidad Autónoma de Nuevo León, creo que salí en el 2001. Soy de la generación de buenos amigos periodistas como Raymundo Pérez Arellano, Adrián Estela Flores, Diego Enrique Osorno, son compañeros de la generación. Mi especialidad es el periodismo, soy licenciado en Ciencias de la Comunicación con especialidad en periodismo. Y ahí es donde empecé a escribir como estudiante; gané los concursos de cuento internos y no sabía que había concursos de cuentos de la universidad, por eso no había participado antes, pero digamos que ahí empecé a escribir. Fundé un fanzine que se llamaba Silla amarilla, era un fanzine muy particular.
AU: ¿Recuerda la fecha del fanzine?
JT: Sí, del fanzine fue 2000, 2001. Ahí tengo algunas copias. Y bueno, ahora artistas plásticos como Marcela Quiroga, Gina, La Lucha Libre, Procel, Daniel Lara, ahí empezaron a escribir también. Y luego fundamos el periódico Vértice, que fue un periódico universitario en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Diego Osorno lo dirigía, Raymundo también y yo siempre tenía la última página, era como una pieza artística muy Fluxus y un Happening, pero muy conectado con lo fanzine, que más que escritor creo que me especialicé en el consumo de lectura en esa época.
AU: Muy interesante. ¿Y dentro de lo que ha escrito ha tenido algunos temas principales?
JT: Me gusta mucho escribir sobre la ciudad y justo con la literatura yo me conecto. O sea, en el tema de la literatura me conecté con la promoción cultural, porque junto con Gaby Torres, Óscar David López, Minerva [Margarita Villarreal], fundamos el Encuentro de Escritores de Nuevo León de Jóvenes. Entonces fuimos los primeros que empezamos a traer a Guillermo Fadanelli, Cristina Rivera Garza y, bueno, todos los demás. Ellos eran escritores y yo era el que sabía de comunicación y publicidad. Me enfoqué en la promoción y ahora es algo a lo que me dedico, a la promoción cultural, y tengo poco que gracias al Centro de Escritores Cinematográficos, que me dio la beca, pude escribir el libro Historias que no serán filmadas.
AU: ¿Y antes tuvo colaboraciones en otros textos?
JT: Sí, antes tuve colaboraciones en libros sobre desaparecidos y opinión. Libros de compilaciones sobre opinión que publicó la universidad, llegó Enrique Osorno y este [Historias que no serán filmadas] es el primer libro que tengo en solitario.
AU: Y además de Historias que no serán filmadas, ¿recuerda las otras antologías donde participó? También nos interesa mucho la parte de periodismo y crónica.
JT: Sí. Libros donde he colaborado: Monterrey entre la guerra: crónicas del Barrio Antiguo, que editó Bengala y la Universidad [Autónoma de Nuevo León] en 2016; La presencia de la ausencia: historias de personas desaparecidas y reflexiones en torno a la desaparición en México, que lo imprimió FUNDENL y la Universidad [Autónoma de Nuevo León] en 2017; Entre pantallas y montañas: 15 años del Festival Internacional de Cine de Monterrey, que lo editó CONARTE en 2019 e Historias que no serán filmadas, que se publicó en el 2024 por la editorial Matarife.
AU: ¿Y dentro de sus publicaciones también considera lo que hizo como dramaturgo?
JT: Es un ejercicio extraño, porque de ese libro, que se llama Historias que no serán filmadas, lo que hicimos fue extraer un capítulo y lo llevamos a la escena junto con un amigo director, David Colorado, y hace dos años montamos una opereta que escribí con Alejandro Rosso, el músico de Plastilina [Mosh], entonces pues sí. Mi campo semántico de acción son las artes y las humanidades, y la verdad tengo un documental, estamos trabajando en otro, en un guion porque tengo el EFCA, y así. La cultura es como el epicentro, en tema de literatura son los que te mencioné y ese, que es literalmente mi primer libro, que lo presenté en la Feria del Libro del Tec (y el año pasado aquí en la UANL) y lo llevé a Madrid para ficharlo en otro proyecto, pero ese no quedó. Entonces es lo que tengo en literatura.
AU: Muy bien. ¿Y ya tiene algo estructurado sobre lo que seguirá escribiendo?
JT: Sí. Mi tema es la ciudad. Hay un proyecto que se llama Metacronismo, que cada año elaboro un proyecto fotográfico de la ciudad o fotos de los países a donde voy (viajo mucho como periodista cultural) y este proyecto, que es un calendario, me permite registrar mi trabajo fotográfico, pero después esas fotos toman vida en temas de texto, entonces me sirve mucho como un punto de partida, pero la fotografía es algo que también exploro desde y hasta donde puedo. Todo con el dispositivo. Hago un programa de televisión para el Gobierno del Estado que se llama Inventario, que es viajar por Nuevo León y contarlo con sus vicios, con su gente, y también hago un programa de viajes por el mundo que hago con el dispositivo celular. Está el País Vasco, está Bolivia, está Cuba y sigue Argentina, que ya está en posproducción.
AU: Es muy impresionante la verdad, me gustaron mucho las fotografías, de hecho. El contraste.
JT: Sí, es un proyecto que tiene desde el 2020 y en 10 años lo termino, porque trato de marcarme los proyectos por décadas o por quinquenios. Empezó hace dos años la escritura del guion de mi primer largometraje, que se llama A Marisol le gusta bailar y, bueno, va a la par de la docencia. Trabajo como coordinador de actividades cinematográficas y era productor del Canal 28 hasta hace seis meses que ya no trabajo ahí. Entonces a este le quedan tres años. Trato de marcarme los proyectos para que tengan un fin y no mueran a la mitad. A este le quedan todavía varios años.
AU: ¿Es docente en [la Facultad de] Artes Visuales?
JT: Sí, doy Historia del Cine Mexicano a los chicos de quinto y Análisis del Relato a los de segundo.
AU: Bastante impresionante, la verdad. Y a parte de las becas, ¿algún premio que quiera señalar?
JT: Pues he ganado muchos Financiartes, que me permiten mostrar mi trabajo fotográfico, mi trabajo literario, este libro lo acabo de presentar en Rosario y en Mendoza, porque allá hay mucha fuerza de los cineclubes. El epicentro de ese libro es el cineclub como comunidad, y más que una crónica o una investigación formal, lo que hace ese libro es contar quién fundó tal cineclub, pero para eso tuve que crear personajes, entonces hay metaficciones de Monterrey. Estoy mostrando el panorama de cómo son las calles, quiénes las habitan y quiénes de esos son los que entran a los cineclubes y qué es lo que hacen adentro a la par de ver películas. Entonces esos personajes siento que también están tomando vida en otras historias, por eso, más que una segunda parte, hay un personaje que es como una Lolita que va a ver películas muy violentas en el cineclub Gargantúa. El cineclub Gargantúa existe, y la época en que Alejandro Martínez ponía películas como Tetsuo o de David Cronenberg pasó, pero esa chica no existió, y los personajes con los que platica, un transexual que literalmente se pone en la esquina de Escobedo y la calle que cruza por el Gargantúa. Por más sórdidos que sean los personajes, o por más tradicionales, trato de verlos en Monterrey los meto a los textos. Digamos que sí, mi principal tema es la ciudad y los personajes.
AU: Por cierto, si me permite, ¿de dónde surgió el apodo de “El Gato Raro”?
JT: Hacía radio durante muchos años siendo recién egresado de periodismo y me gustó el tener un nombre marca. Hay gente que desde mi generación me conoce como El Gato Raro y me gusta porque te adelantes un poco a que te pongan un apodo que no te guste, ¿cuántos chicos hay que les digan apodos que no les gustan? Entonces estamos en un mundo de marcas y de identidades, ¿por qué no crear tu propia marca? Eso me ha permitido insertarme en el ambiente cultural como periodista. Somos muy flexibles en la cultura y las artes y hay un antecedente enorme de apodos en el nombre de la literatura, la poesía, el cine. Y bueno, ¡qué mejor que tengas un apodo que puedas controlar!
Los textos más actuales de Jesús Torres giran en torno al metacronismo, la reflexión sobre la ciudad y el cine, temas que pueden encontrarse en su proyecto El Almanaque, un blog que engloba el Monterrey contemporáneo.